Existen 8 elementos esenciales para construir una historia. Los seres humanos disfrutan de las historias que siguen una estructura básica y nos hemos vuelto muy buenos aplicando esta estructura a nuestras historias. Los elementos sirven para crear tensión, lo que significa que queremos saber qué sucederá después.
En la era de la “economía de la atención”, en la que ya no es un hecho que las personas presten atención, la narración de historias es vital para garantizar que el público llegue al final de la historia contada de forma atractiva. Si bien los elementos de la historia parecen una fórmula de Hollywood, se pueden aplicar fácilmente a campañas y proyectos.
El siguiente es un gráfico ilustra el “arco de tensión”, una visualización de los elementos clave:
La tensión es la sensación que tiene un público al tratar de averiguar qué sucederá a continuación. Una historia requiere de tensión para construirse, por lo que nuestro deseo de encontrar una solución al problema planteado en la historia se hace cada vez mayor a medida que avanza la historia. Como a los humanos nos gusta resolver problemas, queremos enfrentarnos a uno para resolverlo, hacemos una suposición sobre cómo se resolverá el problema y luego vemos si nuestra suposición es correcta. Esta tensión debe aumentar durante la historia. No nos gustan las historias que no van a ninguna parte o las que tienen muy poca tensión.
El tiempo se relaciona con el tiempo de la historia. Una historia puede suceder en unos pocos minutos o puede llevar décadas. Lo importante es que se elija el período de máxima tensión. ¿Se cuenta mejor una historia cronológicamente? ¿O se crea más suspenso al utilizar flashbacks?
Todas las grandes historias comienzan mostrándonos un mundo perfecto. Incluso si el mundo en el que entramos como público no es un mundo perfecto, para las personas en la historia lo es. En la película Titanic, el mundo perfecto es el Titanic zarpando de South Hampton rumbo a Nueva York entre fanfarrias y aplayos. Este mundo perfecto termina cuando se introduce el tema central.
El tema central es una pregunta de sí o no. Puede ser: ”¿James Bond atrapará al villano?” ”’¿El asesino será llevado ante la justicia?”. Una vez que se ha presentado el mundo perfecto, debemos enfrentarnos a un problema o una búsqueda que el héroe debe resolver. Esto a veces se llama un ”evento incitador”: un punto en la historia donde sucede algo que pone el mundo del personaje de cabeza. Esto puede ser que un espía se encuentra con un adversario que se escapa y nos deja la pregunta ¿el héroe atrapará al villano? Cualquiera que sea el evento incitador, establece la pregunta central. Esta pregunta atraerá al público a tratar de encontrar la respuesta en la historia. La respuesta se dará en el clímax de la historia. Hasta el clímax, el espectador debe preguntarse qué podría pasar después.
La tensión creciente es creada por los eventos a los que responde el personaje. A los humanos les gustan los giros y los cambios, y las historias con desafíos para el héroe. Una buena historia presenta muchos obstáculos. Queremos ver al héroe intentar y fallar, intentar y fallar y fallar y volver a intentarlo hasta que tenga éxito. Sin obstáculos en el camino (los pasos de tensión creciente), nos sentimos engañados y nos desvinculamos de la historia.
Por ejemplo:
El clímax es la respuesta al tema central. Es el momento de la historia en el que el personaje es premiado o castigado por adoptar nuevos comportamientos; es un momento de cambio irreversible. En esta parte de la historia obtenemos la respuesta a la pregunta que hemos estado esperando a lo largo de la historia.
La resolución es la consecuencia de la historia. Por lo general, el héroe es recompensado y el enemigo castigado. Se restaura el orden y se establece un nuevo mundo perfecto. El final más común en la ficción es “y vivieron felices para siempre…”. Esto se crea para dar al público una emoción final. Una resolución muestra la recompensa que el personaje se ha ganado y brinda una emoción positiva o negativa en el público hacia lo aprendido.
Una historia es “algo que le sucede a alguien que nos enseña algo”. La verdad universal es la premisa moral de la historia, algo que aprendemos como público. Por lo general es actitudinal y se basa en un cambio emocional. La verdad universal es el significado más profundo de la historia, es lo que le queda al público al final y suele ser un argumento fuerte y una lección de actitud.
Un símbolo no es un componente estructural de una historia. Más bien es un dispositivo de la historia. Un símbolo puede ser un nombre, un lugar, un objeto o cualquier cosa que cumple con los siguientes requisitos:
En el siguiente video, puedes identificar los 8 elementos de la historia para crear tensión: